Todas las despedidas son distintas

La vida me arrebato tus labios, tu cuerpo, tu alma, tu ser. Pero la vida me dará, con algo de tiempo, nuevos labios, nuevos cuerpos, otras almas. No serás tú, pero antes tampoco lo eras. Siempre has sido la suma de mis mujeres, como yo la suma de tus hombres. Hay algún muchachito que te recordará a mí y algún hombre viejo que también lo hará. Soy, digamos, el reflejo de tu historia.

Mi reloj, un día, no querrá seguir funcionando. Pasaré a otra etapa, o a otra memoria, tal vez alguien me sueñe. Conmigo arrastraré a centenares de personajes que no tendrán futuro y otros tantos que no nacerán.

También hay un lugar para todo lo que no tuve, ese amor que no fui, esa palabra que no dije. Mi tiempo será arrebatado y me quedaré con las pequeñas deudas que tiene quien vive buscando algo que no existe, esperando algo que no llegará.

Ahora me conformo con las cosas básicas. Alguna señorita que ilumine mis ojos, la vastedad de mis pensamientos, la fragancia de una flor recién robada, una melodía lejana que nos recuerda el hogar. No hay necesidad de llantos, ni tristezas, todo vuelve de la forma más inesperada. Así es la vida, la misma que me arrebato tus labios, tu cuerpo, tu alma y tu ser.