Para Antonela
Discurre entre las baldosas,
un tenue hilo de agua,
que emula ser un río
como el tiempo
o tus sentimientos.
Erosionará
con los días
algún borde
y pulirá la arena
hasta que desaparezca.
Pero cada tanto,
tendrá que decidir
entre las bifurcaciones
dibujando caminos alternativos
en la vereda.
Seguirá firme o se cruzará,
sin importarle un destino
ni cuándo alcance la meta.
A su paso,
dejará un sinfín
de opciones posibles,
un conjunto de puertos
que no visitará jamás.
Olvidará que pasó
por un lugar y no otro,
porque es la única manera que tiene
de seguir adelante.
Luego, cuando el sol arrecie,
se perderá en el aire
prometiendo volver agún día.
Pero ahora el cielo,
que antes era celeste como tus ojos,
se pinta del color de los míos
para amenazar con tormenta.