El poema que no fue

Para Maru
Todos esperaban
una sombra que cubriese
el día que paso
sin penas ni glorias.
Era yo el candidato
a tal eclipse,
puesto que mi historial
me condena.
Pero el vacío que sentí
aquella tarde de primavera,
que se ha perdido en el tiempo
y entre los recuerdos,
lo sentí de nuevo
el día de tus santos.
Es seguro que algunos piensan
que retrocedí,
que ya no soy
el que era antes.
Otros se dirán,
como en la canción,
que aunque el dolor siga
las llamas se apagaron hace mucho.
Los más optimistas,
atribuirán mi desaparición
a nuevos horizontes,
nuevas inspiraciones,
nuevos amores.
Quizá todos tengan razón,
tal vez todos se equivoquen.
Espero que los últimos
sean los primeros en acertar.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *