Una estrella
nos marco el camino
a seguir,
pero no pudimos.
O tal vez
hubo en nuestras vidas
dos guías distintas
que en un momento se cruzaron,
sólo por un momento.
Y vino el abismo,
las soledades,
las lágrimas huérfanas,
las dagas del cielo,
las luces se apagaron
y ya no pudimos
construir ningún puente.
El resto se sabe:
recorrer el desierto,
ayudado por algún oasis
para llegar al mar.
La sirena es el destino.
Puede ser
la historia de cualquiera.
Tags: .

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Relacionadas

¿Sabemos cómo “piensa una IA”? La verdad es que no…
Productividad 2.0: meté IA en tu rutina y ganá horas de vida
La IA en el Congreso, qué pasa con Chrome, alucinaciones y más
Códigos que confunden, el nuevo rey del video y profesiones en riesgo
¿Perderemos nuestra capacidad de asombro?
TerapIA, hermosa mañana y el video no frena
Último Cada tanto, mejores resultados e imágenes más bonitas