El sol de sus cabellos,
dan la luz necesaria
para la lectura de sus ojos
y quizá hasta un poco más.
Su perfil,
digno de una estampilla,
sencillamente deslumbra
y una vez visto
es imposible de olvidar.
Una nube cubre el cielo,
proviene del corazón aventurero
que observa con pesar a esa dama.
Cuando la estrella desaparezca,
arremeterá la tormenta
del entendimiento
de los paraísos inalcanzables.