“Requiem æternam dona eis, Domine, et lux perpetua luceat eis” («Concédeles el descanso eterno, Señor, y que brille para ellos la luz perpetua») Había una vez un bosque. Un lugar normal, mucho antes de que los príncipes buscaran aventuras y encontraran princesas dormidas, o envenenadas. Mucho antes de la maldad, de la serpiente en el…