Es ese raro fenómeno, donde somos el espejo de alguien más. Nuestros gestos, nuestras palabras, nuestra forma de ser se funde con las del otro o al revés y somos un espejo. Luego sucede que el objeto ya no está y no hay nada que reflejar, pero por inercia pasamos a ser un eco, un eco distante de ese objeto/sujeto, que se apaga poco a poco. Y dudamos, porque quizá nunca existió ningún objeto, ni un espejo y no hay ecos, solo lo que nuestra conciencia no era y comenzó a ser, por alguna desconocida razón que no vive en la memoria. Esa extraña costumbre nueva, que sí vive en los gestos, en las palabras y en nuestra forma de ser.

Tags: .

Relacionadas

La lógica de los nuevos mercados, cada vez más llenos de fakes y lunes otra vez
¿Cómo tenemos que seguir?
🧠 La nueva era de la IA: del asistente creativo al agente autónomo
Clave de crecimiento, cómo se usa la IA, imitar el cerebro y más
No hay que dejar sola a la IA, cada vez más difícil para los medios y más
Cursos y eventos, anuncios de Google y muchas noticias
¿Sabemos cómo “piensa una IA”? La verdad es que no…