Tarea a realizar

Se vio en la necesidad de escribir un relato, para gratificar a alguien. No se le ocurría ninguna idea y los temas que por lo general manejaba no eran del agrado de la mayoría. La muerte, la angustia, la perdida, eran tópicos recurrentes en sus trabajos.

¿Por dónde empezar? ¿Qué decir? ¿Qué hacer? Las preguntas vagaban alrededor de su mente, ideas se intercalaban ante sus ojos, de posibles relatos. ¿Hablare de ella? ¿De lo hermoso que son sus ojos? ¿De la belleza de su pelo? ¿De su fascinante forma de ser? ¿Su simpatía? ¿Su inteligencia? Estos interrogantes lo torturaban, el abordar el nuevo proyecto que debía realizar parecía una tarea imposible para un mortal.

Los días pasaban y la pantalla del monitor, el archivo de texto, seguía en blanco. Lo comenzó a tentar tratar trivialidades superficiales, que no suman, no para él al menos, pero que quizá…

El tiempo es tirano, como se dice, y el relato se postergaba cada vez más. Llego un punto en que presentarse con algo parecía una vergüenza. Lentamente la angustia, pero esta vez en su pecho, crecía. Él solo deseaba agradar, él solo quería gustar.

Ni un solo carácter, nada, todo vacio. Hasta que, luego de un flash de inspiración, se le ocurrió una idea. Se incorporo de su asiento, era una historia feliz. Comenzó a caminar de un lado a otro, para tratar de darle forma, hasta que se paró en seco, sin decir palabra. ¿Qué sentido posee escribir una historia feliz, cuando es mejor vivir una historia feliz?

Apagó su computadora, tomó un abrigo y abandono la habitación.

3 Comments

  1. MauroSebastian 7 agosto, 2009 at 12:24 am

    Mi siempre fiel Anto fue la destinataria de este relato.

  2. Anónimo 30 junio, 2010 at 10:14 pm

    🙂 es un post de agosto del 2009
    yo quiero una re-pubicacion via fb! =) jajajaa!

    siempre fiel…volvi! 🙂