Ingresa la luz,
pero pide permiso
y como llega se marcha
sin saludar.
Sombras se transforman en el suelo,
pero suplican perdón
mientras se fusionan
y se separan.
El aire se va viciando
despacio pero sin pausa,
nublando un poco la vista.
Transpira la taza en la mesa,
dejando un trémulo círculo
ignorado por todos.
Zumba una luz,
distante en el techo,
pero no se repara en ella.
La mirada perdida
en algo de madera
y tantas palabras
machacando su cabeza.