Combate gélida
contra nuestra piel
la briza que emanan
los corazones oscuros.
Arrebatan de nosotros
las esperanzas y fantasías,
dejando la
(muchas veces penosa)
realidad
que de todas maneras tenemos.
Se congelan los recuerdos
a tal punto
que se vuelven fríos reflejos
de espejos invertidos.
Dibujaré en uno de ellos tu figura,
para que al verme en él,
la tempestad tenga alguien
que le haga frente.