Quizá sea una trampa de la que no pueda escapar, pero no puedo evitar seguir el camino de entrada.

He visto a otros recorrer el mismo sendero y lamentarme por sus predecibles finales.

Y hoy yo recorro esas piedras, casi arrastrando los pies, pero sin frenarme.

En algún punto fui Dédalo construyendo un laberinto imposible y sé que en algún momento seré Ícaro tan alto que mis alas se derretirán y caeré, pese a todo.

¿Qué o quién me estará esperando en el centro de mi laberinto?

Llevaré siempre alguno de mis amuletos, esos talismanes que no me dejan olvidar quién soy, aunque todo lo demás se pierda.


Tags: .

Relacionadas

Cursos y eventos, anuncios de Google y muchas noticias
¿Sabemos cómo “piensa una IA”? La verdad es que no…
Productividad 2.0: meté IA en tu rutina y ganá horas de vida
La IA en el Congreso, qué pasa con Chrome, alucinaciones y más
Códigos que confunden, el nuevo rey del video y profesiones en riesgo
¿Perderemos nuestra capacidad de asombro?
TerapIA, hermosa mañana y el video no frena