Ella todavía sonriendo
se acercó y suspiró
que mis fracasos
no eran derrotas.

Pero que nuestra clepsidra
ya se había agotado
y tenía que dejarla partir.

Una vez más contemplé por la ventana
como la luz del sol se escabullía
entra las hojas de los árboles.

Un gato saltaba
de rama en rama,
siguiendo algo que yo
no podía ver.

El dramatismo se terminó
con la puerta cerrándose
suavemente a mi espalda.

Por un momento me distraje
y perdí de vista al gato,
que ya no pude volver a encontrar.

Tags: .

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Relacionadas

¿Perderemos nuestra capacidad de asombro?
TerapIA, hermosa mañana y el video no frena
Último Cada tanto, mejores resultados e imágenes más bonitas
Tenemos que ser más empáticos, la muerte del SEO y más herramientas
El rey de la montaña, pistas para un negocio IA y más
Cómo hacer tu podcast en español con IA
Cómo hacer tu podcast en español con IA, claves SEO, mirada al negocio y más

Copyright © Mauro Decker Díaz. Un sitio que funciona dentro de la plataforma de Medios Tres Barbas.