No sé cuándocrucé la barrera,pero descubrí que mis sueñosconfabulan contra mí. Y de alguna maneratambién soy cómplicede mi martirio,porque conocíael doble filo de la imaginación. Es verdadlo que afirman aquellosque rechazanla construcción de ídolos. Hoy no recuerdocómo era su tacto,pero al cerrar los ojospuedo sentirlo en mi piel. Estoy perdido,soy mi propio enemigoy no suelo…