Marchamos, durante varios días, tal vez años, a la espera de nuestro enemigo. Las diferencias entre nosotros eran abismales, puesto que el origen a veces nos determina en pensamiento. Pero con cada combate, con cada gota de sangre derramada, nos volvíamos uno. Entonces pasó, era de noche, vos llorabas y yo trataba de reprimir las…