Nidos


Tantas horas perdí
pensando en Irene,
tantas horas perdió Olivia
pensando en mí.
El gorrión tendrá
que abandonar el nido
en algún momento,
pero teme hacerlo.
La naturaleza
le susurra al oído
que no es lo mejor,
no todavía.
Puede que su instinto
tenga razón,
pero en sus sueños
el cielo está mucho más cerca.
Será un salto de fe
la primera vez,
del que no todos
sobreviven.
Aletea practicando,
mientras sus progenitores
se ausentan en busca de comida.
¿Te veré volando mañana?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *