Hay guardada
debajo de un papel de regalo
una delicada muñeca.
La niña
para la que fue adquirida
ya no existe.
Es como esas rosas
que desaparecen
o cambian
y dejan de ser rosas.
Como el río,
que nunca es
dos veces el mismo
pero es todos los ríos.
Es Irene,
es Olivia,
es aquellas mujeres
que no conozco.
Es ese sueño que alcanzamos
y cuando estamos por disfrutarlo,
nos hace despertar.
Es como esa
mujer anónima
e inmortal
que vive
en tantas de mis letras.
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