Tal vez
la construcción del autómata
comenzó antes de ser
consciente de ello.
Sus planos estuvieron
mucho tiempo en mi mente,
irónicamente mientras cumplía
con las tareas que tenía
pensadas para él.
Entonces pasó.
El tiempo libre
me dio momentos
de llevar las manos
a la obra.
Había mucho para diseñar,
mucho que construir,
mucho para ordenar.
De a poco el autómata
fue tomando forma,
mientras que lo cocinaba
con mi propia llama.
Será una cuestión azarosa,
pero la obra
siempre tiene
partes del artista.
Tags: .

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Relacionadas

¿Sabemos cómo “piensa una IA”? La verdad es que no…
Productividad 2.0: meté IA en tu rutina y ganá horas de vida
La IA en el Congreso, qué pasa con Chrome, alucinaciones y más
Códigos que confunden, el nuevo rey del video y profesiones en riesgo
¿Perderemos nuestra capacidad de asombro?
TerapIA, hermosa mañana y el video no frena
Último Cada tanto, mejores resultados e imágenes más bonitas