Se marchitan las rosas
y crece en ti la sensación
de que solo eres uno más
en una eterna fila.
El sol sale y muere,
pero no te importan
los detalles de la ventana,
pues tus ojos no posan en ella.
Los soldados
se alistan para el combate,
pero tu guerra
hace tiempo está perdida.
Discurren como el río
las horas que componen tu vida
y apenas respiras.
Has mirado
durante tanto tiempo
el abismo…
Se amontonan sobres en la puerta,
caen las hojas del calendario.
En algún momento
te verás a ti mismo
y sabrás que es momento
de despertar.
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