Podría acostumbrarme al silencio y la calma que otorga la felicidad. La escases de palabras originada en el tibio beso de la boca anhelada y sus susurros. La tranquilidad del abrazo compañero y solidario con mis pesares. Todo se torna de otro color al mirarlo con el nuevo prisma. Ignorar la tempestad diaria, dentro de…