Con lentitud se van rompiendo
las ataduras que nos hunden
en el pasado.
Con esos lugares nostálgicos
y de nostalgias,
que un jueves cualquiera
evocan recuerdos
de caminatas al anochecer
o besos de medianoche.
Las fiestas a las cueles
ya no se asiste
para no tentar a la suerte,
no tan azarosa,
de la vieja cara amiga.
Los nuevos grupos,
las renovadas amistades,
las charlas en diferentes lugares
y la sospecha que reside siempre
en el pecho de quienes nos leen.
Explicaciones cada vez más forzadas
sobre las motivaciones que empujan
a la creación artística.
Alguna nueva flor que ilusiona
y desilusiona,
como siempre.
Cosas que cambian,
cosas que siguen iguales.