La agonía que acompaña
a la ignorancia,
cuando se teme
y no se sabe con certezas.
Por más que nunca
se tengan certezas.
O si se tienen,
sólo sean trampas
para incautos,
falsa confianza,
suelo inseguro.
Tal vez fue
esa mujer el problema,
o el amigo que
no acompaño en las fantasías.
O ese otro que…
Hay una carta esperando
sobre la mesa,
de ese cuarto vacío
que casi nunca visitas.
Hay una respuesta en cada hoja,
pero lo probable es que no las leas.
Hay un beso guardado
entre mis labios
y el reloj de arena
sigue corriendo,
pero lo ignoramos.
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