Ella se va,
sí,
me deja.

Sus piecitos se persiguen
inexorablemente
lejos de mí.

Me abandona a mi suerte,
solo,
en la oscuridad.

Ella se va,
sí,
me deja.

Me ha dejado
junto a una despedida
mecánica, distante.

El balcón ya está vacío
y detrás de las rosas
miro con tristeza
la partida.

Ella se va,
sí,
me deja.

Hay un par de
preguntas que
se quedarán
sin respuestas.

Guardaré por siempre
el último beso
que no le daré jamás.

Ella se va,
sí,
me deja.

Con mis soledades,
esas que tiñen
el fracaso en victoria.

Con las almas
que me acompañan
y me entienden.

Ella se va…
sí…
me deja…

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