Algo se ha roto en la cocina, puedo oírlo. Una copa, un plato o un recuerdo, no puedo saberlo. El límite de nuestros sueños somos nosotros mismos. No nuestros recursos, no nuestros talentos, nosotros mismos. Nadie quiere pagar el precio del éxito ni el de la felicidad, siempre son el fracaso y la desgracia. Pero…