He amado mujeres que hoy son, tan sólo, un vago recuerdo; o peor aún, un poema, pues no los puedo borrar. El tiempo galopa incansable y los días se filtran por el dique que es nuestra vida. La soledad muchas veces es la única compañía. También así las fantasías.
Pero, varias veces esas soledades y fantasías se juntan en una mezcla siniestra y hasta absurda. De su apareamiento nace algo similar a la nostalgia. El dolor en el pecho, el vacío y el ensueño. De allí, el recuerdo de un cuerpo de antaño resurge, de una frase, de una sonrisa y tú le llamas poesía.

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