Amiga, te marchas sin más, sin siquiera cerrar la puerta. Queda en la mesa esa taza de café que nunca terminarás y en mi corazón la sensación de vacío final. Vacante quedará tu lugar. Qué más importa, yo no lo sé. Comprendo entonces los versos de Benedetti, miró el río y tiemblo frente al tiempo,…