Dos amantes

La oscuridad de la noche, no lo entendían así, era un preludio de lo que serian sus vidas. Decidir es absurdo, el Destino nos depara un camino que no somos capaces de ver. Al principio somos una roca para él, que es como el río. Pero con el tiempo, ese otro río, nos convertirá en arena que manejará a placer. Puedes oponerte, pero solo agotarás tus fuerzas.
Prometieron amarse para siempre con locura, como lo hacían en ese momento. No conocían el ruego de Herrick, ignoraban que el amor es como el fuego que tiene una cantidad limitada de combustible y que si se agota ya no se puede volver a alimentar. La llama alocada, implacable, dura muy poco, en cambio algunas brazas siguen encendidas aun después de finalizada la fogata, la vida. El amor es ese cruel dragón que a todos toca, pero que a pocos deja indemnes.
Nadie puede culparlos por desconocer el laberinto de ese libro que es la vida, ni este laberinto que tiene muros de letras. La ignorancia puede ser un gran aliado del amor. Porque si este razona se vuelve igual a un niño con mucha inteligencia, es imposible que sea feliz, como Berther dijo.
Hoy somos testigos de un castillo que se derrumba, los cimientos no estaban firmes, y no hay Merlín que aconseje. Nada se puede hacer, nos compadecemos. Ustedes pensaran un tiempo en el pasado y luego mirarán al futuro, ambos traen culpas. Nadie aprenderá nada. Solo son dos jugadores en un gran tablero, donde equivocarse es el único movimiento posible. Siempre, pero algunos no lo notan. Bienaventurados los excluidos, pues de ellos será la felicidad terrenal. Los demás debemos conformarnos con sufrir, algunos, y relatar los sufrimientos, los otros.

2 Comments

  1. Anónimo 15 abril, 2010 at 8:37 pm

    holaaa, porque hablas de vos en tercera persona?

  2. MauroSebastian 17 abril, 2010 at 1:09 am

    Hola, es una historia ficcionaria, no hablo de mi en mis relatos. Puede que a veces se tomen cosas de la realidad, pero nunca la realidad misma. Gracias por leerme.