El día se apaga
como la vela
que reciclaré mañana.
El velo tenue de la noche
acapara la atención de los pensadores,
e invita a oscuros pensamientos
y reflexiones.
Más allá del mar
quizá una sirena
me esté cantando
la canción que me define.
La morfología queda exenta:
ave,
pez,
genio,
mujer,
combinaciones posibles.
La melodía puede ser
un tanto melancólica
y la letra un presagio
del resto de mi vida.
Tal vez tú también
estés en su boca,
pero la ignorancia
nos sumerge.
Dónde y cuándo lo sepamos,
solo se me ocurre
el gélido momento
preludio del final.
En el alba,
la luz disipará las fantasías,
dejando espacio
a la rutinaria monotonía.
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