Entre las risas y el alcohol,
tu visión era una isla perdida
en medio de un océano tempestuoso.
Todas las tormentas
en las que navegamos
tenían un premio efémero,
pero justo.
Porque pese a todo
o porque todo paso
estaba ese día,
en ese lugar,
en ese momento.
Es cierto,
no seré tu futuro
ni soy parte de tu pasado,
no conozco lo que significa
tu nombre.
Pero por alguna razón
que quizá nunca comprendamos,
nos justificamos mutuamente.