La garúa acaricia su piel
mientras camina
y sus cabellos
se abrazan a su cuello
como a mí me gustaría hacerlo.

¿Serán gotas de lluvia
o lágrimas
las que se deslizan
por sus mejillas rosadas?

La ciudad no ofrece
muchos refugios
para un día así,
pero igual a ella
no parece importarle.

¿Está tan concentrada
en su tormenta interior
que no se percata del tiempo?

Mientras me dejo llevar
como una hoja por un arroyo
esperando chocar contra una roca,
un árbol o un dique.

Tags: .

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Relacionadas

Cursos y eventos, anuncios de Google y muchas noticias
¿Sabemos cómo “piensa una IA”? La verdad es que no…
Productividad 2.0: meté IA en tu rutina y ganá horas de vida
La IA en el Congreso, qué pasa con Chrome, alucinaciones y más
Códigos que confunden, el nuevo rey del video y profesiones en riesgo
¿Perderemos nuestra capacidad de asombro?
TerapIA, hermosa mañana y el video no frena