Nos cubre
y pasa desapercibido
pero tiene más estrellas
que granos de arena
las playas del mundo.
A veces me detengo
en las noches cálidas
y lo contemplo en silencio,
cubierto del velo
que regala la ciudad.
Pero sin embargo
hay otros cielos
que día a día
nos importan más.
Los objetivos por cumplir,
los deseos por satisfacer,
los tesoros que encontrar.
Y la rosa,
que se hace tan grande
que imita a una sombrilla
convirtiéndose en otro cielo.