Me aburren las danzas
de las decisiones y los tiempos
que se acaban porque los dejamos ir.
No elegir es una elección
y destruye la infinidad de posibilidades
que tienen los días
que mueren con el sol.
La ventana me muestra
nubes grises y rosas,
las hojas que perdieron el color
como mi suerte.
El viento me acaricia la piel,
pero amenaza con lastimar
si me quedo mucho quieto.
Los pájaros emigraron
como prólogo de una estación
que no va a ser recordada.