No vale decir
que lo esperaba,
ni que estaba preparado,
ni que sabía qué podía pasar.

El tiempo se dilata
con la velocidad
y yo te vi tan rápido
que de visión fugaz
no tuvo nada.

Y luego te esfumaste
en un torrente de miradas
que te arrastraron
como un río crecido.

Ahora, confinado en la celda
que dibujaron para mí
te pienso y te imagino.

En ese falso sueño
no sólo nuestros ojos
se encuentran.

Tomará trabajo
determinar tu lugar
en mi laberinto.

Tags: .

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Relacionadas

Cursos y eventos, anuncios de Google y muchas noticias
¿Sabemos cómo “piensa una IA”? La verdad es que no…
Productividad 2.0: meté IA en tu rutina y ganá horas de vida
La IA en el Congreso, qué pasa con Chrome, alucinaciones y más
Códigos que confunden, el nuevo rey del video y profesiones en riesgo
¿Perderemos nuestra capacidad de asombro?
TerapIA, hermosa mañana y el video no frena