Bendijo mi camino 
con un desierto de afirmaciones 
y dejó solo un espejismo 
al sediento.
Los reptiles 
que decoraban el paisaje 
simulaban un vil escarnio 
del destino.
El calor convierte 
el llanto en pecado, 
así que el resto del camino 
será un derrotero silencioso.
Tu reciente ausencia 
tiñe el aire 
y ese prisma 
empaña todo lo que veo.
Me acompañará el velo 
hasta alcanzar nuevos horizontes 
o que se agote la clepsidra 
que me corresponde.