Para Natalia
Otra vez la bifurcación
al final del túnel,
que puede llevar al paraíso
o al infierno,
o peor,
a otra bifurcación.
Podría quedarme
toda la vida
pensando qué camino tomar,
sin correr riesgos.
Conformarme para siempre
recordando cada uno de los logros
que obtuve al saltar
o esquivar los obstáculos.
Mirar atrás,
saber que llegué hasta donde pude
y que nadie me va a culpar
si me quedo aquí por siempre.
Nadie,
claro está,
exceptuándome.
En mi mente
aparecen ciertas imágenes,
la idea de una rosa,
el rostro de Irene,
ese libro que me gusta,
una puerta solida
y desde hace tiempo cerrada.
Elijo,
cierro los ojos,
camino.
Los abro
y frente a mí
está mi victoria
sobre el destino,
me espera el paraíso.
Será por siempre
una duda
lo que está del otro lado,
pero el triunfo me consuela.