Tras el cristal
se difuminan las imágenes,
entre ellas tu figura
que se despide con una sonrisa
que me miente.
Se pierden el rojo
y el naranja
y el reflejo de mi cara,
entre las ofertas pasajeras.
¿Es necesario indicar
el número de tu nombre?
Los finales se cimientan
en los principios,
entonces es normal
que los recordemos.
¿Será esta historia
la única de su tipo?
Solo soy uno más
bajo la luna.
Se pasará la zozobra,
quedarán los retratos
en el fondo de alguna caja
y moriremos ahogados en la rutina.