Una larva
comparte una hoja
con sus congéneres,
pero se siente reina,
se siente especial.
Una hoja
comparte la rama
con otras hojas,
pero no le importa,
tiene el sol que necesita.
Una rama
comparte el tronco,
pero se ondula de la misma manera
ante la impiedad del viento.
Un árbol
comparte una parcela del bosque,
pero se sabe eterno,
porque todos son uno.
Un hombre
se adentra en el bosque
y se aventura por una senda
que supone poco conocida.
Ve en la hoja
de uno de los tantos árboles,
una larva y se enorgullece
por ser el único humano que la conoce.