Para Gisela
Está triste el cielo y llora.
Es la lluvia mi tormento,
pues mi cielo es persona.
Y esas lágrimas que brotan
en dos parejos torrentes
que recorren,para mi envidia,
con impunidad esas mejillas
sonrojadas por el desconsuelo.
Las nubes también me cubren,
pero soy distinto,
hay formas de llorar
que no involucran una exteriorización.
Tal vez no ser el causante de tu pena
no sea tan doloroso
como no ser capaz de descifrar
la clave hermética
que esconde tus sentimientos.
El tiempo se nos escapa de los relojes
y tú sigues esperando ese tren en el andén,
pero hace mucho que paso,
que se ha perdido.
La distancia que nos separa,
no es infranqueable,
pero no me atrevo,
mejor mirar desde lejos.
Al fin de cuentas,
en breve llegará mi momento de partir
y mañana ya estaré pensando en otra cosa.
Pero desde lejos te deseo una suerte infinita,
o mejor aún, que un día encuentres
al héroe que destituya tus pesares.
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