Adiós mundo cruel,
dijo en un susurro infinito
y miró por última vez,
como en despedida.
Pero allí estaban
esas cosas que tanto le gustaban,
las personas que amaba
y algún que otro libro
que acompañó momentos de cambio.
Adiós mundo,
dijo entonces,
pero no se animaba,
lo ataban esos recuerdos
a lugares,
mejor dicho a personas,
que tanto bien le hicieron.
Es cierto,
la vida es una larga época
generalmente mala,
pero tiene esos dos o tres
grandes momentos de felicidad
que la justifican.
Como pasa a veces
con los escritores,
que están condenados a escribir
el mejor verso de todos,
así también las personas
están condenadas a vivir
el mejor momento de todos.
Él no lo había vivido todavía,
pero entre todas las cosas
que existen en ese espacio
en el que le toca habitar,
seguro había una que lo esperaba.
Adiós decisión cruel,
hola mundo.