Guardo un par de versos
que quizá nazcan
al ver tus ojos
o posiblemente
se mueran con el día
y las sombras.
Podría decir,
que con vos
ya no necesito
del sol para tener luz
o que en el mundo sea de día.
O que,
en vez de tu firma,
preferiría que beses
los documentos,
así poder seguir
el rastro
de las huellas de tus labios.
Tal vez diga,
que de todos mis tesoros,
sólo llevo encima
uno de tus cabellos,
que es oro.
Hubo hombres
que a lo largo de la historia
han tenido sobre sus cabezas
el peso entero de reinos e imperios.
Un anillo con tu nombre
me haría soberano del paraíso.
Juraría por siempre,
que antes de que algo
pueda atentar contra tu vida
tendría que pasar sobre la mía.
Pero no lo digo
y el peso de mis palabras
me asfixia
lentamente.