Dice un viejo proverbio chino,
que si es necesario pararse en el camino,
hay que mirar siempre hacía el destino,
lo que falta recorrer.
Pero es posible
que una que otra vez
volteemos la cabeza
y de reojo
miremos ese trayecto superado.
Es parte de nuestra naturaleza,
como bien sabe el escorpión,
a veces hay que mirar atrás,
por más que no queramos.
Entonces recordamos experiencias,
las revivimos
o visitamos los lugares donde las cometimos,
porque es un crimen la nostalgia.
Sin embargo,
nos sirve para reanimar nuestra memoria,
volver a ser lo que ya no somos
y que forma parte de nosotros.
Una vez hecho esto,
es una obligación volver a andar.
Mejor que pedir un camino corto
es desear un par de piernas fuertes.