Quizá no dures por siempre, pero hoy quiero creer en la eternidad de tu esencia. Contigo no hay derrotas, pues las batallas no tienen importancia. Tú eres esa utópica victoria, panacea para mis males. Puedo decir que mi vida no comenzó cuando nací sino la primera vez que tus labios me encontraron. Ojalá nunca tenga…