Hay en mi balcón
una única maceta,
con poca tierra
y un par de rayitos de sol.
En ella florece una pequeña flor,
belleza entre bellezas
de las que esperan
los que esperan.
A veces miro la ciudad,
tan distante
y me reconforta tener cerca
una parte de la naturaleza que allí ignoran.
Espero
con ilusión
el día en que alcance su esplendor,
para al fin quedarme sin palabras.