Nuestro paraíso se convierte en desierto y ya no queda agua, ni humedad, para lágrimas. Será la soledad nuestro destino, tus palabras y te marchas. El que espera sufre mucho más que el que se va. Tal vez no confiaste en mis disculpas, no hiciste mal. Pero otra cosa no podía dar. Ahora, solo nos…