Somos el silencio, la sombra, la nada personificada. Somos el vacío y el vicio, lo que no decimos, lo que ocultamos, somas la culpa y lo odiado. Pero no es esto todo lo que somos. También somos el ruido, el murmullo, la luz y el todo personificado. Somos la virtud y la nobleza, el altruismo y lo amado. Nos parecemos a Jano, miramos al alba y el ocaso. Todo es dual. Por eso siento que una parte de mi la respeta, pero la otra, aquella que se oculta en las sombras para no tener que decir lo que siente, simplemente la ama, amiga mía.
Amiga mía