El Triángulo

Uno se equivoca, porque es humano. Parece que también Dios lo hizo, somos una demostración de esto. Son nuestros errores consecuencias de nuestras acciones o inacciones. Se esconden en las tentaciones, porque tendemos a la debilidad…
El joven se arrepintió de no decirle lo que sentía y ahora la perdía. Ella, cegada, había elegido de manera incorrecta y lo sabía. El otro, porque siempre hay otro, solo se interesó en la flor antes de que esta se marchitara, luego es tarde. El viento, como el tiempo, erosiona. Y el error está en que lo que debía ser una línea recta es ahora un triángulo.